El estadio Chivas es uno de los más importantes estadios de fútbol en Latinoamérica con un diseño arquitectónico conceptualmente fuerte, propuesto por el estudio Massaud-Pauset de Francia. La empresa HOK-México se encargó del programa arquitectónico y Luis Bozzo Estructuras y Proyectos de la estructura. Conceptualmente su forma corresponde a la de un volcán con una “nube” o cubierta principal de planta elíptica en todo su contorno y de 60m de ancho. La berma exterior define las laderas del volcán y la cubierta apoyada en el mínimo número de pilares (16 en este caso) define la nube. De esta forma se logra una agradable área verde alrededor del estadio resolviendo el complicado aspecto arquitectónico formal que representa cualquier fachada de tan grande magnitud en cualquier estadio.
Una estructura particularmente eficiente es una que tiene una “forma resistente,” donde geometría, función, y la forma se integran profundamente. En este proyecto, la forma del volcán sugiere una geometría continua de cono la cual es intrínsecamente altamente resistente a los elevados efectos sísmicos en México. De hecho, debido a la forma propuesta para la estructura, la acción sísmica no es significativa en este caso, comparada a las acciones de la gravedad.
La estructura de hormigón incorpora varias innovaciones que permiten luces significativas de 22m, poco habituales en estadios. Los mecanismos de transmisión de carga son visibles dentro del estadio, creando un interior dramático dentro de la berma del volcán, mientras que permiten vistas abiertas al campo de fútbol.